viernes, 22 de febrero de 2013


Alimento y vida, aliento y gracia

Para  todo aquel que busca de Dios o a aquel que en todo a Dios olvida, hay un mensaje y una esperanza  como promesa hermosa eterna y viva.
Escrito está en el Salmo 43,  cuando al clamar, se  dice:
    
 Júzgame oh Dios y defiende mi causa; líbrame de gente impía y del hombre engañoso e inicuo, tú  eres el Dios de mi fortaleza ¿por qué me has desechado?
¿Por  qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?
Envía tu luz y tu verdad; estas me guiaran; y me conducirán a tu santo monte y a tus moradas.
Entraré al altar de Dios, al Dios de mi alegría y de  mi gozo
Y te alabaré por siempre, oh Dios, Dios mío
¿Por qué te abates oh alma mía y por  qué te turbas dentro de mí?
Espera en Dios porque  aún he de alabarle.
Salvación mía y Dios mío.

Libérate de lo que te hace daño, de lo que te hace caer, de lo que te oprime y
Levántate  con todas las fuerzas de la alegría y  el gozo  de escuchar a Dios en tu corazón.
Sé feliz de verdad.