Alimento y vida, aliento y gracia
Para todo aquel que busca de Dios o a aquel que en
todo a Dios olvida, hay un mensaje y una esperanza como promesa hermosa eterna y viva.
Escrito
está en el Salmo 43, cuando al clamar,
se dice:
Júzgame oh Dios y defiende mi causa; líbrame
de gente impía y del hombre engañoso e inicuo, tú eres el Dios de mi fortaleza ¿por qué me has
desechado?
¿Por qué andaré enlutado por la opresión del
enemigo?
Envía
tu luz y tu verdad; estas me guiaran; y me conducirán a tu santo monte y a tus
moradas.
Entraré
al altar de Dios, al Dios de mi alegría y de
mi gozo
Y te
alabaré por siempre, oh Dios, Dios mío
¿Por
qué te abates oh alma mía y por qué te
turbas dentro de mí?
Espera
en Dios porque aún he de alabarle.
Salvación
mía y Dios mío.
Libérate de lo que te hace daño, de lo que te hace caer, de lo que te oprime y
Levántate con todas las fuerzas de la alegría y el gozo
de escuchar a Dios en tu corazón.
Sé
feliz de verdad.