Soy ateo, a tu creencia atea.
Un gran error hay en los corazones que gritan a los vientos, ¡No creo
en Dios! más llegara su tiempo cuando comprendan que su voz y sus pasos, hicieron eco y sentirán contra su vida, en cada punto en cada herida devolverse su rebeldía que creían verdadera y precisa y dirán en sus reclamos ¿Por qué eres injusto, porqué señor? ¿Por qué esto me pasa? Dímelo Dios.
Un gran error hay en los corazones que gritan a los vientos, ¡No creo
en Dios! más llegara su tiempo cuando comprendan que su voz y sus pasos, hicieron eco y sentirán contra su vida, en cada punto en cada herida devolverse su rebeldía que creían verdadera y precisa y dirán en sus reclamos ¿Por qué eres injusto, porqué señor? ¿Por qué esto me pasa? Dímelo Dios.
Muchos creen que Dios no existe, o que el mal ha ganado y que no tiene control. Tan sencillo y tan simple es el punto a entender; pues Dios reina y vive en lo infinito y lo creado en lo que ves y no puedes ver, en lo que respiras al sentir la vida, en todo tu cuerpo, el aliento divino en todo tu ser. Mas el mal, No - está - ausente, él busca incesante tener posición y sabiendo ya el punto donde llega a hospedarse se esconde en el reino donde tú no imaginas. Tras la entrada, en la puerta de tu corazón, se camufla engañando al espíritu y alma para causarte caídas y gran confusión, por eso es que algunos son ciegos y sordos, porque no hay peor sordo que aquel que no quiere oír, ni peor ciego que el que no quiere ver. Dios siempre está presente, en todo cuanto existe y en todo, siempre junto a ti.
Escrito por: Ocram Oinotna