lunes, 17 de diciembre de 2012


Meditando me estremecí 

Todo está consumado, padre nuestro y el trigo listo para la siega porque  los tiempos se  han acomodado  y se han cumplido las profecías, tu palabra se ha predicado y se ha extendido por toda la tierra.
Luego escuché:

Diles más bien a todos, que he esperado y he alargado los tiempos por amor.
Que he dado a mi hijo, hasta el sacrificio  y estuve allí  guiándolos  y dejándoles  un mensaje de luz  para salvación  de toda la humanidad. Pero  son pocos los que me  siguen.

Que en el libro establecido como alimento espiritual a todo sediento de verdad, escritas están tantas promesas de inimaginables maravillas  dispuestas  para todos  los que  están en pos de mí.

Diles que me nombran, que me alaban, que predican y que poco aplican para sí, lo que saben y por ello que me digan.
¿Donde  está la verdadera y honesta manifestación  de vuestra fe y las obras con amor  que enseñé?

¿Por qué tergiversaron un  mensaje siendo sencillo de comprender para la de edificación y grandeza espiritual,  convertido ahora  en un comercio tan lucrativo, que lo convirtieron en doctrinas dispuestas a división y enriquecimiento de líderes que conocieron el primer amor de mi palabra, que al ser tocados en bendiciones  se aferraron a riquezas y a la avaricia, desviándose por otras laderas no espirituales e indignas a mi presencia?

¿Por qué  han dividido en  tantos pareceres conceptuales mi naturaleza, errando en sus  creencias  y así  en la fe? Oye pueblo que me busca  EL SEÑOR UNO ES  pues me manifiesto a mi manera  al quererlos pastorear y los deleito en mi creación  para regocijarme en su alabar,  pero sólo encuentro gran error e impunidad sin temor alguno en su maldad.

lunes, 3 de diciembre de 2012


PIEDRAS      O       MANÁ
                                                        Que hieren            Que deleita
           

La sociedad actual, muestra lo escaso   de los  valores humanos y la falta de cultura como resultado al desconocimiento total  de Dios  en la  falta de  amor y respeto a todo lo que nos rodea.   Todo esto,  herencia de  nuestros antepasados  siendo  pocos los valientes   quienes  se independizan de tales acciones primitivas  y eligen un mejor camino para vivir.
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Quien no escucha, ni quiere ver;  jamás entenderá ni dispondrá su voluntad a recibir de manera espiritual, riquezas, bendiciones y poder, para batallar contra el verdadero mal. Ni capta la oscuridad y la dimensión del peligro que dan sus pasos  guiados  por  caprichosas apreciaciones  sin fe.
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La vanidad embellece la ignorancia, fortaleciéndola de orgullo para no permitir que el espíritu y el alma humildemente se deleiten de la verdadera esencia, al postrarse a  orar y  glorificar a Dios. Pues sería humillante  y un gran desprestigio, que doble la rodilla, un ser  dotado de riquezas e ilustrado en su propio conocimiento.

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El justo es sencillo, voluntarioso, comprensivo.
El arrogante es vanidoso, injusto y sin piedad.
Y el sabio es prudente escucha, espera, medita y  habla,
Ama y  vive, ríe y guía por senderos del amor.
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El que cuestiona las diferencias con respeto y prudencia de no ofender, es digno de escucharle con respeto su saber. Más aquel que es altanero y ofensivo al opinar, demuestra  su ignorancia y gran pobreza espiritual.
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Toda manifestación de amor, es una pequeña parte de la infinita inmensidad de todo cuanto existe, más nos empeñamos  en distorsionarlo y cambiarlo por acciones que no llenan jamás.